La inflación sigue dominando los titulares en Estados Unidos. La tasa de inflación subyacente anual, que excluye los precios de los alimentos y la energía, se redujo al 6,2% en abril. Se esperaba este descenso de la tasa general. Los datos de la inflación suelen presentarse en términos interanuales, es decir, comparando los precios actuales con los de hace un año. Una tasa del 5%, por ejemplo, indica que el nivel medio de los precios ha subido un 5% con respecto a la misma época hace un año.
A medida que avancemos en 2022, los datos de la inflación comenzarán a compararse con los niveles de precios de 2021, cuando empezamos a ver que los niveles de precios aumentaban de forma significativa. Este “efecto base” significa que se espera que la tasa de inflación general disminuya. Cualquier descenso es bienvenido, pero no cuenta toda la historia.
Lo que importa ahora es hasta dónde vuelve a descender la inflación. ¿Volveremos a caer rápidamente al 2% o 3%, o podemos esperar niveles más altos durante más tiempo?
La respuesta a esta pregunta determinará la política monetaria y de tasas de interés, la política fiscal y el comportamiento de los mercados financieros durante el resto de 2022.
China está relajando sus draconianas medidas de “cero covid”. El 1° de junio, Shanghái levantó muchas restricciones a los negocios y a las libertades personales. En Pekín, se ha reabierto parte de la red de transporte público de la ciudad, así como los centros comerciales y otros lugares públicos. Esto se produce tras meses de castigos y en respuesta a la estabilización de los niveles de infección en las últimas semanas.
Es posible que las autoridades chinas estén abriendo sus puertas porque no tienen otra opción. El daño económico de los cierres ha sido asombroso. Un dato reciente mostró que, en abril, los beneficios de las empresas industriales cayeron un 8,5% interanual, su mayor descenso en dos años.
El gobierno chino también se está volcando en los estímulos. Las autoridades de Shanghái anunciaron que están tomando medidas para impulsar la recuperación económica, como la flexibilización de los requisitos de las pruebas Covid, la reanudación de la fabricación, las rebajas fiscales, la aceleración de la autorización de proyectos inmobiliarios y los incentivos a la compra de automóviles, entre otras. El gobierno chino también ha anunciado que reducirá el impuesto a los automóviles con un precio igual o inferior a 45.000 dólares, con un motor de 2 litros o menos.
Ha tardado un poco, pero el estancamiento económico autoimpuesto en China puede estar levantándose, y esto es una buena noticia a corto plazo para una economía mundial que se ve sacudida por múltiples vientos en contra.